Egipto es un país con una riqueza cultural inmensurables. Es un destino que todo el mundo debería visitar al menos una vez en la vida, y tener la oportunidad de visitar sus templos, navegar por uno de los ríos más largos del mundo, empaparse de su historia y visitar una de las maravillas del mundo antiguo, las increíbles Pirámides de Guiza.
¡Teníamos muchas ganas de visitar el país, por lo que pusimos rumbo al aeropuerto para que comenzara la aventura!
Día 1: Madrid – Luxor
Partimos desde Madrid para poner rumbo directas hasta Luxor, donde comenzaría uno de los viajes más ricos en historia y cultura que ninguna de las dos hayamos tenido. Egipto es un país donde se respira historia por todas partes, un país intenso pero muy gratificante!
Nada más llegar al destino, nos llevarían hasta el puerto para, directamente, embarcarnos en lo que sería nuestra pequeña casa las siguientes 4 noches. Los cruceros que navegan por el Nilo son mucho más pequeños que un crucero que pueda haber por el mediterráneo, pero tienen todo lo necesario para nuestra travesía por el Nilo.
¡La primera noche aprovechamos para irnos temprano a dormir y recargar pilas para empezar las visitas al día siguiente, con todas las energías! Ya que, en Egipto, las visitas, suelen empezar muy temprano para poder aprovechar el día y evitar las altas temperaturas.
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Día 2: LUXOR - ESNA - EDFU
Nos despertamos temprano y, tras un rico desayuno, pusimos rumbo hacia nuestra primera parada del día, Los Colosos de Memnon, gigantescas estatuas que representan al faraón Amenhotep III. Desde aquí, vimos también como iban despegando los globos aerostáticos, ¡en nuestro primer amanecer en Egipto!
Valle de los Reyes
A continuación, pusimos rumbo a la segunda parada del día, el famoso Valle de los Reyes, donde se encontró la tumba del faraón más famoso, Tutankamón. El paisaje es increíble, un desierto con montañitas donde parece que no hay nada, pero es ahí, debajo de cada montículo, a muchos metros bajo la tierra, donde se encontraban las tumbas de los faraones. Es increíble ver cómo decoraban y preparan las tumbas, y lo más sorprendentemente, es lo bien conservado que están, tras más de 3000 años.
Volvimos al autocar para seguir con la ruta, visitamos también el Templo de la Reina Hatshepsut y el Templo de Luxor.
Templo de Karnak
¡Pero desde luego, el que más nos impresionó fue el Templo de Karnak! Era una pasada ver la grandiosidad con la que construían hace tantos miles de años. Era uno de los templos más grandes y majestuosos, con una sala llena de columnas que quitaba el aliento. Además, si lo visitáis, podréis ver la estatua de escarabajo más grande del mundo, ¡y además cuenta la leyenda que hay que dar 7 vueltas alrededor de la estatua para tener buena suerte!
Al acabar las visitas, regresamos al barco para comer y aprovechar la tarde. Disfrutamos de la piscina que teníamos en la terraza, a la vez que navegábamos hacia siguiente parada.
Día 3: Edfu – Kom Ombo – Aswan
¡Nuevo día en el Nilo! Tras el desayuno, nos recogieron para ir a visitar el Templo de Edfú, en honor al dios Horus. En la entrada del templo se pueden observar dos estatuas enormes en honor a este dios, donde os podréis hacer una foto preciosa de recuerdo.
Este, después de Karnak, es el segundo templo más grande de todo Egipto. Poder caminar por sus salas muy bien conservadas, hará que os trasladéis automáticamente a la época en la que se construyó.
Este día se hace bastante ameno porque tras la breve visita al Templo de Edfú, pudimos tener tiempo libre para poder disfrutar de la navegación por el Nilo en la cubierta del barco. Fue toda una experiencia poder estar en la piscina o tomándote algo viendo la vida que se forma a orillas del río. Llama mucho la atención el contraste entre la verde vegetación y el color tierra del desierto.
Tras esta pausa, por la tarde, llegamos a Kom Ombo. Desembarcamos para hacer la visita al templo, ¡en donde no os podéis perder el museo, que se encuentra en su interior, con momias de cocodrilos. Es una pasada poder ver la estrecha relación que tenían estos animales son los seres humanos de aquella época. De hecho, este templo está construido a dos dioses, y uno de ellos es Sobek, que tiene la cabeza en forma de cocodrilo.
Después de la última visita del día, volvimos al barco y el barco zarpó rumbo a Aswan.
Día 4: Aswan
¡Este día fue toda una aventura! Es el día que más se madruga en todo el viaje, nos levantamos a las 2 de la mañana para poner rumbo a visitar los templos de Abu Simbel. Se madruga tanto porque se tarda 3 horas y media en carretera en llegar al lugar donde se sitúan los templos y lo ideal es verlo antes de que el calor empiece a ser muy intenso.
Tras pasar los controles de seguridad, fuimos acompañados de un convoy hasta los templos. Llegamos justo al amanecer, con el sol saliendo y proyectándose directamente sombre ambos templos.
Tras una explicación de la historia de ambos templos, nos dejaron tiempo libre para visitarlos a nuestro aire.
Abu Simbel
Cuenta la leyenda, que los templos deben su nombre a un niño llamado Abu Simbel, que, jugando en el desierto, los descubrió. El templo principal es en honor a uno de los faraones más conocidos de Egipto, Ramsés II. Se sitúa justo al lado del segundo templo, en honor a su mujer, Nefertari.
La inmensidad de los 4 colosos a la entrada del templo principal te deja con la boca abierta, con sus más de 30 metros de altura.
¡Lo bonito de la experiencia es que los templos se sitúan a orillas del lago Nasser, por lo que la localización es una pasada!
Tras la visita del templo, pusimos rumbo de nuevo al barco. Tras llegar, subimos a comer al barco y recargar pilas para poder continuar con la tarde.
Por la tarde tuvimos la oportunidad de montarnos en una faluca, típica embarcación del Nilo. No tiene motores, por lo que se navega con las velas a merced del viento, haciendo zigzag.
¡Con este paseo, pusimos fin a un día agotador pero muy completo!
Día 5: Aswan – Cairo
Este fue el último día a bordo del barco por el Nilo, pero antes de marcharnos y poner rumbo a el Cairo, teníamos una última visita pendiente.
Tras el desayuno, nos recogieron en una lancha, para que pudieras visitar el Templo de Philae, que se encuentra en una isla en mitad del Nilo.
Sin duda, éste es el templo más bonito de todos los que habíamos visitado. Se encuentra en una isla, rodeada de vegetación, palmeras, que contrata mucho con el color tierra del templo. ¡Cada rincón de este templo es super fotografiable!
Rumbo a el Cairo
Volvimos al barco para poder cambiarnos y prepararnos para poner rumbo al aeropuerto. Tras un vuelo corto, de una hora aproximadamente, llegamos a la capital, El Cairo.
Al llegar de noche, nos llevaron directamente a cenar y pudimos disfrutar de un pequeño espectáculo de danza Tanoura. Es un baile típico en el mundo árabe donde la persona gira sobre sí misma, a veces hasta entran en trance.
Desde este restaurante, ¡pudimos ver las pirámides por primera vez! Nos emocionó mucho poder verlas y quedarnos embobadas con la inmensidad que tenían, a pesar de la lejanía.
Llegamos al hotel y pudimos descansar tras una larga jornada, listas para el día tan emocionante que nos esperaba al día siguiente.
Día 6: Cairo
¡Primer día en la capital! Tras el desayuno, el plan era visitar las pirámides por la mañana, pero nuestra visita coincidió con la de la primera dama de Estados Unidos, por lo que no podíamos acceder en ese momento a la explanada de las pirámides.
El guía decidió entonces hacer la visita de Memphis y Sakkara por la mañana y así aprovechar el tiempo.
Visitamos la pirámide escalonada de Zoser, famosa por ser la primera pirámide de la historia. Además, pudimos ver también una mastaba, tumbas que se construían al lado de las pirámides para albergar los cuerpos de los nobles y sacerdotes que sirvieron al farón a lo largo de su vida.
Pirámides de Giza
Tras la visita de la mañana, nos llevaron a comer a un restaurante local, donde pudimos ver cómo preparan el pan de pita de manera casera.
Por la tarde, pusimos rumbo a una de las visitas más esperadas de todo el viaje, Las Pirámides de Giza.
¡Creo que lo más impresiona de las pirámides es el tamaño que tienen! Una vez que estás a los pies de ellas, sobre todo de la mayor de todas, la de Keops, puedes ver la inmensidad que tienen. Tras una explicación por parte del guía, pudimos tener tiempo libre para poder visitar la explanada por nuestra cuenta y ver las otras dos pirámides. Tuvimos la oportunidad de poder entrar en una de ellas, en la de Kefrén. La bajada puede ser un poco agobiante, por lo que no se recomiendo para personas claustrofóbicas.
Tras verlas desde cerca, nos llevaron a un mirador, donde se pueden apreciar las tres desde la distancia. Da igual desde donde las veas porque impresionan desde cualquier punto de vista.
Noche Cairota
Luego de este día tan emocionante, pusimos rumbo al hotel para prepararnos porque hoy tocaba la noche Cairota. Pudimos hacer una panorámica por los distintos barrios de la ciudad, donde se podía ver la clara diferencia que hay entre un barrio y otro. Era alucinante ver el contraste del barrio de los muertos, con hoteles de 5 estrellas solo al otro lado de la calle.
La ciudad de los muertos nació por la necesidad de espacio, por lo que había familias que, sin pudor ninguno, habitaron mausoleos en uno de los cementerios más grandes de la ciudad. Esta práctica continuó hasta el punto de que hoy en día más de 1 millón de personas viven de esta manera.
Tras esta visita panorámica muy interesante, pudimos hacer un breve recorrido a pie por el mercado más famoso de la ciudad, Khan El Khalili y acabamos cenando a orillas del río Nilo.
Día 7: Cairo
Después del desayuno, empezábamos nuevo día en la ciudad. Hoy tocaba hacer una visita por toda la ciudad, descubriendo todos sus rincones.
La visita empezaba por una de las mezquitas más importantes y famosas de toda la ciudad, la de Muhammad Alí, conocida también como la Mezquita de Alabastro. Aquí es obligatorio que las mujeres lleven las rodillas, hombros y cabeza tapadas, por lo que lo ideal es llevarse un pañuelo para poder taparnos la cabeza.
Museo Egipcio
Después visitamos también el Barrio Copto, el mercado Khan el Khalili donde pudimos hacer compras y por último, el Museo Egipcio.
Una de las salas que más nos impactó fue el que está dedicado a Tutankamón, donde se puede ver la mascara funeraria y los dos sarcófagos que se encontraron en su tumba. Este fue uno de los mejores momentos del viaje, sin duda.
Acabamos el día volviendo al hotel, para poder disfrutar de una tarde de piscina, antes de ir a nuestra última cena de todo el viaje.
Día 8: Cairo – Madrid
Tras despedirnos de nuestros compañeros de viaje, con el que tanto tiempo hemos pasado juntos, tuvimos que coger el vuelo que nos traía de vuelta a casa. Volvimos cansadas, pero muy contentas con todo lo que habíamos vivido.
Tips para viajar a Egipto
- En la visita a los templos, siempre vas a ver tiendas y vendedores ofreciéndote todo tipo de souvenirs, si en ese momento no estás interesado, lo mejor es andar con decisión y simplemente contestar un: ‘No, ¡muchas gracias!’ Ármate de paciencia porque pueden llegar a ser muy insistentes.
- ¡Regatea siempre! No te quedes con el primer precio que te digan. Es costumbre regatear en ciertos países, por lo que échale imaginación e intenta sacar una buena oferta.
- Llévate una botella de agua en las visitas. Las puedes comprar en el barco, bus o en pequeños kioskos delante de los templos, pero es importante que te mantengas hidratado. El calor en Egipto es intenso, y las visitas largas, asique es mejor ir preparados.
- Si alguien se ofrece a hacerte una foto o te invitan a posar con algún camello, ¡ten cuidado! Seguramente te pidan propina al acabar.
- Si viajas entre marzo a octubre, intenta ir con ropa ligera y cómoda, se pasan muchas horas visitando los templos, asique cuanto más cómodos vayas, mejor.
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