Esther en Costa Rica y Panamá.
Llegamos a nuestro destino, San José, tras hacer escala en Miami, volamos con American Airlines y el vuelo se nos hace bastante cómodo y relajado. A nuestra llegada, un representante de Swiss nos da la bienvenida al país y tras comprobar con nosotros la documentación y los servicios contratados a través de Madox Viajes, nos entregan algunos folletos con información práctica y mapas. Nos trasladan hasta nuestro hotel en el centro de la ciudad y aunque tras el viaje y el cambio horario nos sentimos bastante cansados no dejamos de aprovechar lo que queda de tarde para dar un pequeño paseo a pie y tomar nuestra primera cerveza imperial.
No nos acostamos muy tarde, sabemos que al día siguiente nos vendrán a buscar temprano y queremos estar bien despierto en nuestro primer día
Día 2: Tortuguero
Tomamos un buen desayuno en la planta alta del Gran Hotel Costa Rica, el primer hotel de la ciudad. Aunque tiene un gran encanto colonial se nota en sus instalaciones el paso del tiempo.
Empezamos a darnos cuenta que los “ticos” llevan un ritmo de vida más relajado y finalmente tras un contratiempo vienen a buscarnos algo más tarde de la hora acordad.
En el traslado hasta el Parque Nacional de Tortuguero atravesamos el Parque Nacional de Braulio Carrillo, un bosque tipo nuboso que en el momento que comenzamos a ascenderlo hizo honor a su nombre.
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Hacemos una parada en el restaurante El Ceibo en Guápiles para desayunar antes de llegar al embarcadero para tomar la lancha que nos llevará por los canales hasta nuestro hotel en Tortuguero. El desayuno, un típico plato con arroz con frijoles, huevos ranchera, plátano frito, café zumo y fruta fresca.
Desde luego nos sirvió para coger energías, porque lo que no sabíamos era que subir en la lancha ya iba a ser toda una experiencia. Las lluvias de la mañana habían dejado la zona de embarque embarrada y debíamos cargar con la maleta en volandas con ayuda de los guías para subir en la barca a través del barrizal que se había organizado a orillas del rio.
El viaje a través de los canales dura algo más de una hora pero disfrutamos todo el trayecto admirando la naturaleza que nos rodea y sin quitar el ojo del agua, esperando encontrarnos con algunos de los animales que habitan en él.
Nos alojamos en el hotel Pachira Lodge . Disfrutaremos de pensión completa durante los dos días de nuestra estancia ya que obviamente, la oferta de restauración en medio de la selva es nula.
Tras la comida realizamos la excursión de observación en bote por los canales secundarios del parque. Sorprende ver la capacidad de los guías de encontrar a los “animalitos” donde tú solo ves ramas y hojas. Tuvimos la oportunidad de ver varios caimanes, tortugas de rio, murciélagos, aves, monos araña, aulladores y de cara blanca.
Por la noche, tras la cena intentamos aguantar algo más despiertos tomando un coctel en el bar de la piscina pero pronto nos fuimos a dormir.
Día 3: Tortuguero
Estaba amaneciendo en el parque cuando nos despertaron los fuertes alaridos y el movimiento de las ramas de los arboles sobre nuestro bungalow. Enseguida dimos un salto de la cama y nos apresuramos a salir al porchecito de la habitación para ver qué pasaba. Fue curioso ver como el resto de “vecinos” se habían despertado como nosotros y deambulaban por el resort con el pijama y cámara en mano.
Se trataba de un grupo de monos aulladores haciendo lo propio sobre los tejados de los bungalows, alborotando a todos los huéspedes del hotel. Una auténtica experiencia que te hace darte cuenta donde estás realmente.
En el día de hoy realizamos la visita del pueblo de Tortuguero, antigua colonia de pescadores que a día de hoy vive completamente del turismo. Con casa bajas de una sola planta, el pueblo discurre a lo largo de una única calle llena de colorido por los murales pintados en las fachadas de algunas de sus construcciones.
Por la tarde realizamos una caminata a pie por los alrededores del hotel. Esta vez es el interés principal de la actividad no era salir a buscar animales, si no adentrarnos a conocer mejor el entorno y la naturaleza. Para ello tuvimos que calzarnos una botas de agua (cortesía del hotel) y aprender a andar sobre el barro sin hundirnos ni quedarnos atrapados por el fango. Fernando, nuestro guía, nos ofreció una charla de lo más interesante llena de anécdotas y curiosidades.
Por la noche, contratamos la excursión opcional para ver el desove de las tortugas marinas ya que viajamos en agosto, dentro de la temporada del desove que va desde julio a octubre.
La actividad se realiza de noche, que es cuando llegan las tortugas a la playa, y en grupos reducidos por lo que conviene reservarlo nada más llegar el primer día.
El grupo espera fuera de la playa a que los rastreadores vean llegar una tortuga y den la señal de aviso. Hay que esperar a que la tortuga excave el nido y comience a desovar, hasta entonces no se puede molestarla pues se asustará y regresará al mar sin poner las huevos.
Para molestar lo mínimo posible a la tortuga se prohíbe el uso de linternas, cámaras de fotos o video o llevar ropa con colores llamativos. Hay que ser consciente que lo principal es la protección de estos animales.
Día 4: Caribe Sur, Puerto Viejo.
Terminamos nuestra estancia en Tortuguero y regresamos al restaurante el Ceibo donde tenemos la última comida organizada. Tras la comida un servicio de traslados nos llevará hasta nuestro siguiente punto: Puerto Viaje en el Caribe Sur.
Por el camino atravesamos numerosas plantaciones de piña y plataneras, una de las principales fuentes económicas del país.
Nos alojaremos en Azania Bungalow, un pequeño hotel boutique con cabañas individuales integradas en el ambiente de la zona, todas ellas con un porchecito a la entrada y la típica hamaca.
Descubrimos que en árbol de enfrente de nuestra cabaña vive un oso perezoso que parece formar parte ya del propio árbol.
Un pequeño paseo nos separaba de la zona de más ambiente de puerto viejo y decidimos alquilar unas bicicletas para movernos a nuestro aire durante nuestra estancia ya que es el medio de trasporte más popular de la zona.
Preguntamos por un buen sitio donde comer un plato típico de comida caribeña, distinta al resto de la gastronomía del país. Cenamos un plato de arroz cocido en leche de coco con pollo en salsa picante acompañado para beber de un zumo natural de piña. Un plato sencillo pero muy sabroso.
Día 5: Puerto Viejo
Otro día más que nos amanece lloviendo, pero desde luego no dejamos que nos corte el ritmo de viaje así que nos ponemos los chubasqueros y montados en nuestras bicis nos dirigimos hasta el centro de recuperación de animales Jaguar.
El centro de rescate Jaguar es un centro fundado por dos español que trabajan junto con voluntarios en el rescate de animales que han sido heridos o que han perdido a sus madres para cuidarlos y reintroducirlos en su hábitat natural. Disponen de dos pases diarios en la mañana para visitar las instalaciones y con el dinero de las visitas financian su actividad. (http://www.jaguarrescue.com/espa%C3%B1ol/)
Desde luego nos pareció la mejor forma de conocer de cerca gran parte de la fauna que vive en este país ya que no siempre los animales están a la vista del ojo humano.
Por la tarde dimos un paseo por el pueblo donde tomamos unas cervezas en un “chiringuito a pie de playa”, dejándonos llevar por el ambiente rastafari de la zona.
Puerto Viejo tiene una gran influencia Jamaicana debido a los cazadores de tortugas que llegaban a la zona atraídos por el comercio que se movía en torno a este animal ahora protegido. Es también un lugar frecuentado por surfistas y está alejado de las principales rutas turísticas del país. Por todo ello, Puerto Viejo es un lugar en el que te sientes atraído por su encanto, por su atmosfera afrocaribeña, por su comida y por su gente.
No dejamos la oportunidad de visitar algunas de las playas de la zona como Cocles, Chiquita, Punta Uva o playa negra.
Si alguien está esperando encontrar playas caribeñas de arena blanca y aguas cristalinas que se olvide. Costa Rica es naturaleza en estado puro y playas salvajes.
Preguntamos en el hotel que nos recomendaran un sitio para cenar. El lugar elegido fue un pequeño restaurante regentado por un “gringo” (como llaman ellos a los americanos) que salía por la mañana a pescar y cocinaba en el restaurante la pesca del día. El restaurante carecía de cartel y de carta (obviamente la oferta era la del día) y resultó ser el plato de pescado a la parrilla con verduras más bueno que he comido nunca.
Día 6: Panamá – Bocas del Toro
A primera hora de la mañana el servicio de traslados vino a buscarnos al hotel para llevarnos hasta la frontera con Panamá, en Sixaola. Tras hacer los trámites de inmigración en la frontera de uno y otro país y pagar las tasas de entrada correspondientes cruzamos un antiguo puente ferroviario que unía el cruce de un rio que hacía de frontera natural.
Una vez cruzada la frontera a pie nos encontramos a nuestro trasportista Panameño que nos llevará hasta el embarcadero de la ciudad de Almirate. Gracias a Madox Viajes todos los servicios estuvieron coordinados a la perfección.
En el momento que empezamos a emprender el camino nos dimos cuenta que Panamá está unos pasos por detrás de Costa Rica. Los pueblos y las casas que encontrábamos al pie de la carretera eran infraviviendas en las que a simple vista se notaba la falta de medios y la pobreza.
El embarcadero de Almirante era de lo más rudimentario y la lancha que nos llevaba hasta Bocas era un trasporte regular el cual compartimos con unos cuantos locales que se desplazaban hasta la zona para trabajar su jornada.
A la llegada a Bocas del Toro, un traslado más hasta nuestro hotel Playa Tortuga y por fin a descansar.
Nuestros días en Bocas del Toro estaban planeados para únicamente descansar y es que el destino invita a ello.
Nuestro hotel tenía un restaurante en un palafito encima del agua donde comimos una hamburguesa exquisita que incluía una rodaja de piña a la parrilla para mantener ese toque tropical acompañada como no, de plátano frito.
Tras unos baños en la piscina, jugar un poco al ping pong y descansar en la habitación tomamos un traslado gratuito que ofrecía el hotel para bajar al pueblo de Bocas (a unos 10 min) Encontramos un restaurante en el que había en ese momento un espectáculo de malabaristas y nos animó a quedarnos. Aprovechamos para probar un típico de la zona, el cebiche. Un preparado a base de pescado crudo marinado con cebolla, lima, cilantro y en ocasiones utiliza también el chile.
A la hora acordada nos dirigimos al punto de encuentro donde nos recogió el traslado para regresar al hotel.
Día 7: Bocas del Toro: Excursión a Cayo Zapatilla
En el día de hoy teníamos organizada una excursión de día completo para ver delfines, hacer snorkel y pasar el día un Cayo Zapatilla.
No tardamos en dejar atrás el embarcadero cuando empezamos a ver alguna aleta de delfín asomando en el agua. Tenemos la oportunidad de acercarnos y ver a poca distancia varios ejemplares. Por el camino pasamos, en las zonas de agua poco profundas pudimos ver estrellas de mar y algunos arrecifes sin ni siquiera bajarnos del barco.
Navegamos a través de los islotes de manglares típicos del entorno hasta llegar al Cayo. Nos alegra llegar a un banco de arena blanca donde poder estirar la toalla y tomar el sol. En el entorno de Bocas del Toro la vegetación llega hasta la misma orilla del mar, realmente es una zona de manglares y no existen largas playas en las que pasear o poder bañarse.
Pasamos la mañana tomando el sol y bañándonos en la playa. El bote de nuestra excursión nos llevó hasta el restaurante donde teníamos organizada la comida de la excursión, un poco comida de rancho pero no se puede pedir más en medio de la nada. Por último la excursión paraba en una zona de poca profundidad donde nos lanzamos desde la lancha con las gafas de buceo y el tubo de snorkel para explorar el fondo marino. Para mí, hasta ahora el más colorido que he conocido.
Regresamos hasta el hotel, nos cambiamos y salimos a cenar repitiendo la jugada del día anterior.
Día 8: Regreso a Costa Rica, camino de Volcán Arenal
Dejamos atrás el paraíso Panameño y regresamos de nuevo a Costa Rica para afrontar en el día de hoy la jornada con más kilómetros del todo el viaje.
Regresamos repitiendo el mismo mecanismo que a la ida en cuanto a traslados, lanchas y cruce de fronteras se refiere, y volvemos al hotel Azania donde nos esperaba nuestro coche de alquiler con el que continuaremos por nuestra cuenta el resto del viaje. Un Daiatshu Bego, un pequeño todoterreno automático que cumplió todas las expectativas cuando tuvimos que pasar terrenos más complicados.
Cruzamos casi la mitad del país hasta llegar a Volcán Arenal pero resultó ser el trayecto más entretenido de todo el viaje. Cruzamos puentes por ríos caudalosos, paramos al pie de las plantaciones de plataneras para comprar algo de fruta para el camino, comimos un casado (plato típico de arroz, frijoles y plátano frito acompañado de un principal de carne o pescado) a medio camino, en Puerto viejo de Sarapiqui.
Por fin llegamos a Volcán Arenal. Nuestro hotel, Arenal Lodge, estaba en lo alto de una colina con unas vistas sobre el volcán que quitaban el hipo.
Nos dio tiempo a darnos un baño en uno de los jacuzzis que había en el exterior del hotel con vistas al volcán.
Bajamos a la Fortuna de San Carlos y nos encontramos con el restaurante Lava Lounge donde servían platos de pasta, pizzas, ensaladas y comida de fusión con una base Costarricense. Desde luego muy recomendable http://www.lavaloungecostarica.com/
Día 9: Volcán Arenal: Caminata y termas de Tabacón
El plan para el día de hoy era perfecto, algo de actividad por la mañana y relax por la tarde.
Fuimos por nuestra cuenta hasta una de las entradas del Parque Nacional del Volcán en la ladera sur. A llegada el guardia del parque nos esperaba en su garita para cobrarnos la tasa de entrada correspondiente y ofrecernos una especie de mapa-guía sobre las sendas que desde ahí salían.
Ascendimos por las faldas del volcán donde nos encontrarnos con unas coladas de lava vieja de una antigua erupción, además de inmensas rocas volcánicas que en algún momento fueron escupidas del volcán que teníamos de fondo. El trekking de unos 6 kilómetros pasaba por algunos miradores antes de regresar al punto de partida inicial.
Por la tarde, disfrutamos de unos baños termales en las Termas de Tabacón, el mejor sitio de toda La Fortuna. Este completo de aguas termales pertenece a un hotel de 5* con el mismo nombre y de cuyo acceso pueden disfrutar los huéspedes del hotel. Para los ajenos, se ofrece pase de mañana o noche con comida o cena buffet incluido.
Dado que las temperaturas y la humedad en Costa Rica son altas, la mejor opción es el pase de tarde cuando el calor ya no aprieta y uno accede a entrar en una piscina de agua caliente.
Los saltos de agua creados por el escalonamiento hacen de chorros descontracturantes sobre la espalda, y el ambiente se vuelve aún más relajado cuando comienza la iluminación nocturna.
La comida del buffet, riquísima, pone el broche final a nuestra estancia en Volcán Arenal. (http://www.tabacon.com/es/costa-rica-resort-aguas-termales-pases-de-un-dia-1-48.html)
Día 10: Rio Celeste y llegada a Monteverde
Salimos del hotel y ponemos nuestro GPS dirección Rio Celeste: 60km y 2h 40min.
Pensamos que debe tener algún error de medición del GPS ya que la diferencia entre distancia y tiempo nos parece desmesurada. Error. El trayecto del día de hoy se vuelve el más pesado del todo el viaje. 60km de pista sin asfaltar con cantos rodados que hacen imposible poder avanzar a una velocidad decente. Aun así, llegamos.
Una de las visitas que más ganas teníamos de hacer en este viaje cumple todas nuestras expectativas. Una vez que llegamos a la entrada del parque pagamos la tasa de acceso correspondiente y nos pusimos en marcha siguiente las indicaciones.
La famosa cascada está a 1,5km desde la entrada al parque y es la primera parada del recorrido. No obstante, nosotros continuamos hacia el final del recorrido donde empiezan los “teñideros” para luego deshacer el camino y por último disfrutar de las vistas de la cascada. Durante ciertas partes del recorrido nos sorprende el fuerte olor a azufre el cual huele como a huevo podrido y contrasta con el entorno idílico en el que nos encontramos. Hay que tener en cuenta que el color de Rio celeste se debe a su alto contenido en silicatos de aluminio que dispersan la luz sobre el agua y crea este efecto, por lo tanto, el baño tampoco está permitido
Después de la caminata seguimos la ruta en coche hasta llegar a Monteverde. De nuevo la carretera vuelve a ser pista sin asfaltar y el camino se hace bastante largo y pesado. Llegamos a nuestro hotel de Monteverde Country Lodge.
Nuestro objetivo en Monteverde era claro, llevábamos todo el viaje esperando para hacer una de las actividades típicas de Costa Rica, el Canopy.
Monteverde es la cuna de este deporte de aventura y aunque en todo el país encontramos ya opciones para practicarlo, los paisajes de Monteverde y las instalaciones que aquí se encuentran son las mejores.
Tras comparar y ver las diferentes empresas que hay en la zona, contratamos en la recepción del hotel la excursión para el siguiente día. Alojamiento.
Día 11: Canopy en Monteverde
Desayuno típico, frijoles, arroz, huevos, plátano frito… un desayuno potente teniendo en cuenta lo que venía a continuación.
La excursión de Canopy incluía la recogida en el hotel por lo que nos olvidamos del coche en el día de hoy.
Contratamos la actividad con Canopy Extremo, El parque con la tirolina más larga de Monteverde en ese momento con una milla de largo en la que te tirabas en modo Superman, tumbado boca abajo sujeto de un arnés atado de la espalda y de los pies. Una liberación de adrenalina súper divertida, una de las mejores experiencias del viaje.
De vuelta a Monteverde, nos fuimos a comer a un restaurante que ya había llamado nuestra atención el día anterior, el Tree House Restaurante and Café http://www.treehouse.cr/ Un restaurante construido en la copa de un árbol con comida buenísima con una carta de fusión latinoamericana.
Tras un paseo por la zona, descansamos tomando un baño en las piscinas y jacuzzis del hotel Poco a Poco que ofrecían de manera gratuita también a los huéspedes del hotel Monteverde Country Lodge.
Día 12: Pacifico y regreso a San José
En el día de hoy decidimos salir en dirección Pacifico. Íbamos en busca de una de las últimas sorpresas del viaje la cual nos habían recomendado. Salimos en busca del Rio Tárcoles para encontrarnos con ejemplares de cocodrilos en libertad. No fue difícil dar con ellos, y es que encima del puente que cruza el río eran ya varios los curiosos y turistas que se habían parado para asomarse. Cerca de una decena de cocodrilos descansaban tomando el sol en las orillas del rio con las fauces abiertas. Casi parecían de cartón piedra por lo estáticos que se mantienen hasta que algo les hace moverse y entonces te das cuenta de lo grandes que son.
Continuamos hasta Jacó donde paramos para comer y dar un paseo por una playa de pacífico.
Comimos en un albergue surfero unos wraps y charlamos con unas chicas españolas que se habían ido a trabajar una temporada allí atraídas por el ambiente surfero y la tranquilidad de Costa Rica.
Nos recomendaros coger el coche y seguir unos kilómetros más hasta playa Hermosa donde paramos para dar nuestro último paseo por la playa. Tenía una arena oscura pero unas aguas turquesas que contrastaban con el color de la arena haciendo honor a su nombre.
Por la tarde, viaje de regreso a San José donde llegamos a última hora del día.
Nos alojamos para nuestra última noche en el hotel Wyndham Herradura San José, cerca del aeropuerto.
Entregamos el coche de alquiler en una oficina de alquiler que tenía el mismo hotel a nuestra llegada.
En frente del hotel teníamos el restaurante Hard Rock de Costa Rica, así que no encontramos mejor manera de terminar el viaje que cenando una buena hamburguesa.
Día 13: Regreso a Madrid
Desayunamos en el hotel y a la hora acordada estuvimos listos en el lobby del hotel para ser trasladados al aeropuerto por el servicio de shuttle gratuito que ofrecían al aeropuerto.
Embarcamos en el vuelo de regreso a Madrid vía Miami. Fin de nuestra aventura.
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